Una revisión de Solemnidad de la Inmaculada Concepción
Una revisión de Solemnidad de la Inmaculada Concepción
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El primer sueño de Altísimo se rompió con el pecado de Abandonado y Eva, que la liturgia nos presenta en la Primera Leída: ante el sueño de Dios, el hombre y la mujer tienen siempre la voluntad de opinar “no”.
La Origen nos mira como Todopoderoso la miró a ella, señorita humilde de Nazaret, insignificante a los Luceros del mundo, pero elegida y preciosa para Todopoderoso. Reconoce en cada unidad la relación con su Hijo Jesús, aunque nosotros seamos tan diferentes. ¿Quién conoce mejor que ella el poder de la Gracejo divina? ¿Quién sabe mejor que ella que falta es irrealizable a Jehová, capaz incluso de sacar el correctamente del mal?
Por la plenitud de tu gracia, lo que estaba cautivo en el báratro se alegra por su independencia, y lo que estaba por encima del mundo se regocija por su restauración.
Y a Ella, a la Virgen, ayer que se instaure el Reino, porque el Reino de Alá se instaura en el momento de la Crucifixión y de la Homicidio y Resurrección de Cristo, pero antes mismo de que Cristo muera e instaure el Reino, Dios pero le aplica todas las gracias, todos los dones, todas las fuerzas salvíficas de su redención.
, que ser creída con Confianza firme por todos los fieles. En el documento expresa que existen referencias indirectas a la Inmaculada Concepción desde los principios del cristianismo, tanto en la Escritura –
Ha habido determinado, que por los méritos de la Redención de Cristo, ha sido preservada de esa inclinación fatal cerca de un mal —pequeño o mayor—, a pesar de que en el fondo del corazón todos deseamos inclinarnos alrededor de el correctamente —último y anciano—. Nos reconocemos en esa dilema que hizo para nosotros el Padre Todopoderoso antaño de la creación del mundo, al elegirnos en la Persona de Cristo Solemnidad de la Inmaculada Concepción para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el aprecio (2ª repaso.
Que la Agudeza de estos eventos continúe operando en nuestra vida y en nuestras comunidades. ¡Que la Virgen María y Santo José nos guíen por el camino de la santidad!
Por ello, en la solemnidad de ahora damos gracias por las maravillas que Alá ha hecho en Santa María y por la generosidad de ella en servir a Altísimo y a los demás. Lo encontramos de una manera acertadamente licencia en la acto de gracias que la liturgia de ahora hace en el prefacio.
Por eso hay que volver a la Virginal, y hay que requerir a la Virginal. Ella es nuestro modelo. Es una de los nuestros santificada, es nuestro paradigma. Ella es la que tiene que estar acompañando el plan que Todopoderoso tiene de salvación, porque en Ella pero se está realizando lo que Jehová quiere que se dé en cada uno de nosotros. Hay que rajar el corazón a Todopoderoso, hay que desobstruir el alma a su mensaje, y nos va a venir al mundo el Redentor. Vamos de nuevo a encarnar, personalizar, es proponer, hacer presente, con y en el intriga de liturgia de la Iglesia, todas las gracias divinas de la salvación.
¿Está en la Antiguo testamento el dogma de la Inmaculada Concepción? El dogma no se encuentra en las Sagradas Escrituras en sentido exacto. Pero la Iglesia ha llegado a la esa verdad a partir de muchos textos que hablan de ella y el papel que tiene en la salvación.
La Iglesia celebra la dilación de la venida del Señor con una observación abierta al conjunto de la historia, una historia de salvación. Por un ala, recuerda Solemnidad de la Inmaculada Concepción la gran aviso de la venida humanada del Hijo de Dios para hacer presente la salvación.
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La concepción de la Madre de Dios fue mucho más allá de toda comparación más linajudo que la de San Juan el Bautista, mientras que estuvo inconmensurablemente por debajo de la de su Divino Hijo. El alma del precursor no fue preservada inmaculada en su unión con el cuerpo, sino que fue santificada sin embargo sea poco posteriormente de la concepción de un estado previo de pecado o por la presencia de Jesús en la Visitación.
Tal como lo explica el Catecismo en el núsolo 492, esta "resplandeciente santidad del todo singular" con la que Ella fue "enriquecida desde el primer instante de su concepción", le viene toda entera de Cristo: Ella ha sido "redimida de la modo más sublime en atención a los méritos de su Hijo".